lunes, 10 de enero de 2011

PROTEGERSE DEL FUTURO


La aventura comienza con el transito por los pasillos del colegio San Ignacio, ahora acondicionado con sillas y juguetes de los años 40, época en que imperaba el nacionalsocialismo en Alemania. Antes de iniciar el paseo, una pantalla muestra el lugar donde originalmente se estrenó “Protegerse del Futuro”, el hospital psiquiátrico Otto Wagnerel, escenario real en que cientos de niños discapacitados fueron torturados hasta la muerte por el régimen Nazi.

Tras el paseo se llega al comedor donde se desarrollará la primera parte de la obra. El lugar está decorado como para un cumpleaños infantil, en mesas largas con manteles de plástico y tasas pequeñas. De fondo suena un piano que aumenta la tensión. El desconcierto crece cuando de pronto sube al estrado el “director”, un hombre de unos setenta años, pálido e inmutable, casi sacado de una película de terror. El resto de la compañía, aún más escalofriantes y grotescos, aparece poco después con sus instrumentos para presentar los números musicales que han preparado.

Discursos, canciones, extractos de cartas de padres que intentaban recuperar a sus hijos, expedientes de los niños, las maquinas utilizadas para seleccionarlos, y los métodos para destruirlos. Luego un nuevo recorrido por el hábitat de estos personajes y un último acto en el que los personajes visten inquietantes máscaras de niños y juegan con una estremecedora ópera de fondo.

Han pasado cuatro horas y sin verlo explícitamente hemos contemplado como en este “hospital” se experimentó la exclusión y selección en seres humanos, cómo se eliminaba a los “indeseados” a los “distintos” o “anormales”. Y es que cada espectador es quién completa el cuadro, y le otorga palabras e imagenes a un texto que resulta ininteligible.

"Protegerse del Futuro" es una experiencia en sí misma, que cuenta con fantásticos desfiles poético-musicales ejecutados por una compañía que desconcierta con su sola presencia. Así casi a la medianoche, cuando los aplausos comienzan a escucharse, resulta un alivio enorme escapar de ese universo y dejarlos, al fin, descansar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario